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lunes, 4 de noviembre de 2013

¿CONSPIRANDO CONTRA YISRA'EL?

 Kerry trata de calmar el recelo saudí por la política de EE UU en la región


Maranatha News.- El secretario de Estado norteamericano ha subrayado esta mañana en Riad que Arabia Saudí es un aliado “muy, muy importante” para Estados Unidos. Sus palabras, poco después de entrevistarse con el jefe de la diplomacia saudí, el príncipe Saud al Faisal, y antes de ser recibido en audiencia por el rey Abdalá, buscan tranquilizar a su socio que en las últimas semanas se ha mostrado descontento con la política de Washington en Oriente Próximo. Kerry ha asegurado a sus interlocutores que la Casa Blanca comparte sus objetivos aunque pueda discrepar en la forma de alcanzarlos.
Los saudíes son muy, muy importantes para todos nosotros. Los saudíes son el principal actor en el mundo árabe, junto a Egipto”, ha declarado Kerry durante una reunión con el personal de la Embajada, según las agencias de prensa.
Sin embargo, a raíz de que el presidente Barack Obama aceptara a primeros de septiembre no bombardear al régimen de Bachar el Asad a cambio de que entregara sus armas químicas, los gobernantes saudíes se han sentido traicionados y marginados. La familia real, que apoya sin ambages a la oposición armada siria (mayoritariamente islamistas suníes), no entiende el giro dado por EEUU. Alguno de sus miembros llegó a calificar de “broma” el desarme químico. Para Riad, ese paso no sólo da aire a Al Assad, sino también a su principal valedor, la República Islámica de Irán, que es el mayor rival regional del reino.
Añádase a eso el reciente flirteo de Obama con el nuevo presidente iraní, Hasan Rohaní, y se entenderá el ataque de celos. Después de 34 años, sirviendo de baluarte frente el expansionismo (ideológico) de la revolución iraní, las monarquías de la península Arábiga temen que un eventual deshielo entre Washington y Teherán se haga a costa de sus intereses. A este respecto, Kerry ha reiterado que su país está decidido a no dejar que Irán obtenga la bomba atómica, un punto importante cuando se han reanudado las conversaciones nucleares, pero insuficiente ya que, incluso sin ese arma, un Irán reintegrado en la comunidad internacional representa un formidable contrincante político y económico.
“Tenemos cosas muy importantes de las que hablar para asegurarnos de que la relación entre Arabia Saudí y Estados Unidos va por buen camino, avanza y hacemos las cosas necesarias para conseguirlo”, añadió Kerry.
Entre esas cosas necesarias se encuentra esta visita que ayer se inició en Egipto y que va a llevar al secretario de Estado a otra media docena de países, pero de la que sin duda la escala en Riad es la más significativa. Incluso la parada en El Cairo sirvió en buena medida para suavizar el aterrizaje en el Reino del Desierto, ya que los saudíes disintieron desde el principio de la aceptación norteamericana del Gobierno islamista salido de las elecciones y han apoyado abiertamente el golpe militar del pasado verano.
“Estaremos junto a Arabia Saudí, Emiratos, los cataríes, los jordanos, los egipcios y el resto. No dejaremos que estos países sean objetivo de ataques externos”, declaró Kerry antes de volar a Riad. También señaló que su país podía haber optado por “tácticas” diferentes de las de sus aliados en el conflicto de Siria, pero aseguró que todos tenían al final el mismo objetivo.
La visita de Kerry es la primera desde que el jefe de los servicios secretos saudíes, el príncipe Bandar Bin Sultán, advirtiera el mes pasado de “un giro importante” en sus relaciones con EEUU debido a la pasividad de éste en Siria y señalara que la renuncia de su país a un sitio en el Consejo de Seguridad de la ONU era un mensaje para Washington. El secretario de Estado se ha manifestado “especialmente agradecido” al rey Abdalá por concederle una audiencia “cuando ya no recibe a mucha gente”. El monarca, de 90 años, tiene una salud muy delicada.